Mano Dura
La aldea previamente atacada se alejó de ellos con el paso ligero de sus caballos. Bosque Sangriento rindió homenaje a su nombre, una vez más.
Hasiator miró a Wiloh, cabalgando a su lado. —Te luciste. Los campesinos no hubieran podido solos, y nosotros no podríamos haber derrotado a Borkheim y su gente sin su ayuda.
Wiloh bajó humildemente la mirada. —Hasiator, fue tu idea, tú les dijiste que se ordenen para atacar.
—Olmundur y yo propusimos la idea a los gritos y avanzando, sin pensar demasiado. Tú retrocediste, juntaste a los que podían pelear y atacaste en el mome